El legendario grupo español volvió a Ecuador con un espectáculo cargado de energía, visuales intensos y un público que no dejó de rockear.
El infierno se abrió en Quito y todos quisieron arder. Luces rojas, rayos en las pantallas y una silueta gigantesca marcaron la entrada triunfal de Ángeles del Infierno, la legendaria banda española que volvió a Ecuador para desatar una noche de puro heavy metal.
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En las pantallas se proyectaban imágenes del grupo, un repaso visual de su trayectoria, mientras los gritos del público hacían vibrar el Coliseo General Rumiñahui, en el norte de Quito.
Así fue el concierto de Ángeles del Infierno
El primer rugido llegó con “Sombras en la oscuridad”. El escenario se llenó de humo y un grupo de fanáticos encendió bengalas, creando un ambiente digno de un estadio de fútbol. Las luces, el fuego y los riffs potentes marcaban el inicio de un show que sería recordado por su energía desbordante.

La segunda canción, “Rocker”, encendió aún más el espíritu del público. Miles de manos se alzaron haciendo la señal de los cuernos, mientras los más veteranos agitaban el puño al ritmo de la batería. En las pantallas se proyectaban videos que acompañaban cada tema, reforzando la potencia visual de la puesta en escena. El Coliseo reventaba en un solo coro: “¡Rocker!”.
Entre canción y canción, el vocalista , Juan Gallardo, quien llegó con gafas oscuras, brazaletes metálicos y voz 'rasgada-melódica' interactuaba con el público hasta que soltó: “¡Déjalo para otra ocasión!”, luego soltó “Prisionero”, que fue coreada de principio a fin.
Ensambles perfectos
La banda se mostraba sólida: un baterista preciso, un pianista inquieto que por momentos se volvía el protagonista porque se adelantaba para animar al público. Gritaba. Bromeaba. Rockeaba. Dos guitarristas que se lucían con solos afilados y un juego de luces que parecía que los arrastraba al infierno. Y, Gallardo, dueño absoluto del escenario, que bebía agua constantemente entre los gritos y banderas de los fanáticos. Los años 'pasan factura' al físico y a la voz

El 'mosh' se armó en varios sectores del coliseo cuando sonaron los himnos más duros. Círculos de metaleros golpeaban el suelo al ritmo de las guitarras, mientras otros se empujaban y chocaban entre sí de forma intencionada. Luego se abrazaban conmovidos cuando llegó el turno de “Si tú no estás aquí”. Ese fue el momento más emotivo: las luces se tornaron azules y los “uooo oh oh , uooo oh oh” del público llenaron el aire como un canto colectivo de nostalgia.
Momentos románticos
La intensidad regresó con “Con las botas puestas”. Puños en alto, gritos de guerra y saltos coordinados. En “Fuera de la ley”, el pianista volvió al frente del escenario y era cuestión de tiempo sacar el celular y tomar una foto de su performance. Se convirtió en un showman, motivando a todos con gestos teatrales.
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Luego, la banda presentó “Al otro lado del silencio”, con un arranque íntimo al piano frente a una luna proyectada en la pantalla, mientras se mostraban imágenes de íconos del rock: guitarristas y bandas que marcaron historia. Fue un homenaje silencioso al legado del género.

El público fue un reflejo de la diversidad del rock ecuatoriano: niños, familias completas, parejas de todas las edades, todos vestidos de negro y con camisetas de bandas emblemáticas. Había respeto, euforia y camaradería. Nadie empujaba, todos cantaban. La hermandad metalera se sentía.
Una de las banas históricas
Visualmente, el concierto fue impecable. Las luces, el humo y los visuales crearon una atmósfera poderosa que envolvía a los músicos en un halo místico. La banda se fundía con las proyecciones, creando imágenes que parecían salir de una película apocalíptica: el diablo, calaveras, fuego... Ángeles del Infierno.
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La noche cerró entre aplausos, humo y gratitud. Ángeles del Infierno demostró por qué sigue siendo una de las bandas más queridas del heavy metal en español. Quito ardió, pero no por el fuego de las bengalas, sino por el calor de una multitud que demostró que la capital llena coliseos con los cuernos en la mano.
    










































